Ante todo, debo confesar que he sido algo errática en mis participaciones en este curso, con intervenciones que respondían a hiatos en la maraña de actividades que se acumulan a fin de año. Mucho material ha quedado sin leer y lo he pasado a la mochila de las vacaciones que, por otra parte, ya está cargadita, como siempre. Me ha costado un poco acomodarme al formato y a no tener las voces de las tutorías empujándome un poquito al quedar rezagada. ¿Hice todos los deberes que se esperaban? No o no sé, pero es probable que no.
¿Por qué me inscribo en un curso como éste? La primera, primera, respuesta que asoma es "porque sos una ansiosa, Elina". Eso es cierto, pero hay que reconocer que me preocupan mucho las formas de articulación de las nuevas herramientas informáticas con un aprendizaje que supone relaciones tradicionales con los textos, una entrega sostenida en una temporalidad que se desprende y separa de la lógica de la net. ¿Cómo se lee una novela? ¿Cómo conocer a Proust (sí el de la magdalena) sin sumergirse en el largo camino que comienza en Por el camino de Swann y termina siete volúmenes más tarde? No, no tengo respuestas. Las busco porque confío en que las hay.
Mis colegas comentan sus experiencias, sus logros y los intentos menos exitosos. Nos rodea un escenario tecnológico en permanente cambio e instituciones educativas que oscilan entre el siglo XVI y el XXI. Pero nuestros estudiantes pertenecen a este siglo y lo sabemos, y tenemos que acompañarlos para que puedan desenvolverse adecuadamente en sus medios.
Algunas de las propuestas del curso me eran conocidas, otras no. Con algunas tuve que lidiar un poco, con otras tengo que amigarme mucho más (definitivamente me aburre el twitter, aunque sé que no se trata de mí). Definitivamente habrá que dedicar más tiempo (sí, un poco más) en profundizar los aspectos relativos a la utilización de los videos y seguir pensando estrategias de evaluación más interactivas. Fui educada pensando en configuraciones sólidas y permanentes, sin embargo, me toca lidiar con diseños más flexibles, que se arman y desarman de manera constante y demandan nos amoldemos a escenarios definitivamente más dinámicos (la relación armónica del diseño hecho por las huellas sobre la nieve es una visualización algo extrema pero solidaria de lo que expreso).
La gran riqueza de estos cursos es, no cabe duda, el acompañamiento de los demás colegas y la reflexión permanente propuesta por los tutores.
Me llevo deberes para hacer y un buen montoncito de material para revisar. Es bueno.