o 5 preguntas sobre el qué y el cómo
Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? - Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
- No me importa mucho el sitio... - dijo Alicia.
- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato. - ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato- , si caminas lo suficiente!
Llega la época de las pruebas finales y, de hace unos años a esta parte, se agudiza más y más la sensación de que así no se consiguen los resultados esperados. Como en la cita, donde la clave está en el "alguna parte" y en "lo suficiente", aquí el énfasis está en el "así" y en lo "esperado". No importa cuál sea la disciplina, es evidente que en menor o mayor medida, la interacción con los textos y con las áreas de producción textual se ha modificado drásticamente. La biblioteca no es un lugar fijo ni el libro un objeto tangible, bueno, no de la manera tradicional. Por otra parte, el acceso a las herramientas tecnológicas no es homogéneo, a veces falta el equipamiento y otras las habilidades para el manejo de las herramientas (o el interés en ampliar su dominio). Es evidente que, como afirman Burbules y Calliser (citados por Lipsman):
"la gran trampa de las nuevas tecnologías se pone de manifiesto cuando se define sólo como una comodidad" puesto que adoptar “nuevas tecnologías modifica lo que queremos hacer, lo que intentamos hacer, lo que consideramos posible hacer” (243)El cambio tecnológico está asociado a un cambio de prácticas de lecturas, de búsqueda de materiales, de asimilación de contenidos, de integración de interlocutores que se transfiere a la práctica académica, aunque no siempre (o no todavía) de manera uniforme y exige que se modifiquen las herramientas tradicionales de transmisión y evaluación del conocimiento. Entonces, habría que preguntarse para comenzar, ¿de qué manera incluimos los TICs en el aula sin ser excluyentes? es decir, sin teniendo en cuenta las diferentes posibilidades de participación de los alumnos en ambientes virtuales. Es esta una preocupación que hoy atañe a todos los espacios educativos, donde, como bien apunta Lipsman,en la modalidad "presencial se entretejen las propuesta, en muchos casos, sin distinguir entre la educación presencial y la enseñanza virtual” (244). ¿Cómo pensar, entonces, programas académicos tradicionales en los que se promueva la interacción y el debate, también en medios no presenciales? Lo que señala Browm, con respecto a la escasa participación activa de los estudiantes en el aula, probablemente logre modificarse estimulando otros modos de intervención cuya eficacia debería evaluarse en términos de productividad no sólo individual. Pero, ¿estamos preparados los docentes para dar este tipo de pasos que también significan una mayor dedicación? Como muchos de mis colegas, tengo la sensación de estar sosteniendo un método obsoleto ante usuarios que se conectan de manera diferente con el objeto de estudio. Si bien es cierto que la tecnología no mejora el aprendizaje, lo modifica, entonces, ¿cómo podemos integrar ese nuevo modo de relacionarnos con él, desde el ámbito académico y sus exigencias evaluativas? Si la meta es el aprendizaje, como diría el gato de Chesire, no importa mucho el camino que se tome, el asunto será lograr definir "alguna parte". La sugerencia de Brown de diseñar desde adentro los varios atajos a tomar sería un modo para no perderse, mientras tratamos de definir ¿qué usos de la red que incrementen la interacción pueden ser viables e integrativos?
Opiniones, bienvenidas.
"He visto muchísimas veces un gato sin sonrisa, ¡pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más rara que he visto en toda mi vida!"
Coraje, Alicia, es sólo otra forma de ver...
¡Qué buenas reflexiones! ¡Qué apropiada la cita de Carrol! Si no sabermos qué queremos que los alumnos aprendan, da lo mismo qué y cómo los evaluamos. De todo este primer módulo me estoy llevando justamente estas inquietudes: volver a pensar para qué enseñamos los contenidos que enseñamos.
ResponderEliminarGracias Elina!
Muy buenas reflexiones!!.
ResponderEliminarCreo que lo importante es definir el "qué", estructura del curso, objetivos, contenidos, evaluaciones, cronograma, condiciones de cursada, pautas de cursado, .... el cómo, dónde y cuándo, se acondicionará a medida que tengamos claridad de nuestro rumbo.
Elina! muy interesante la forma de plasmar tus planteos!
ResponderEliminarcoincido en varias de tus preguntas, creo que el principal desafío es repensar qué enseñar en la actualidad, rever los contenidos antiguos y planificar la evaluación en consecuencia. Y por supuesto ser conscientes que la mera inclusión de recursos TIC no va a cambiar el proceso de aprendizaje en profundidad.
Muy ameno tu blog!
En verdad, el replanteo es imprescindible. Más que el QUÉ, creo que se impone el CÓMO en lo inmediato. En términos de Deleuze, diría que hay que volvernos nómades y desterritorializadores. Los recorridos tradicionales presuponen también articulaciones convencionales. En mi caso, no es precisamente cierta literatura medieval -por ejemplo- la que carece de interés sino más bién con qué preguntas vamos a ella. No es fácil...pero a no bajar los brazos!!! ¿Cuál es tu área disciplinar?
EliminarMuy creativo y muy bueno el modo de plantear las preguntas. Sobre el cambio tecnológico y la integración, todo lo que habría que tener en cuenta antes de poder ponerlo en marcha; es verdad que el ámbito académico y las exigencias a veces limitan algunos cambios.
ResponderEliminarGracias, Mariela. Creo, además, que es muy despareja la reacción entre los colegas ante la necesidad de un replanteo integral sin pérdida de calidad académica. Por una parte, me encuentro a veces con propuestas trivializadoras cuyo acento está puesto en la utilización de las herramientas y el flujo participativo, haciendo caso omiso de la articulación de los contenidos. Por el otro, hay estructuras rígidas de cátedra que bajan contenidos de manera monolítica y verticalista, como si no existieran fisuras, y pensando que la tecnología no afecta nuestros modos de percibir e interactuar con los contenidos. No me parece que un debate sobre "evaluaciones" pueda eludir estas cuestiones (y otras). Saludos!!!
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